Con la planificación los hombres pueden someter,
dentro del marco probabilístico de su realidad objetiva, por primera vez en la
historia, a las fuerzas económicas, que hasta la revolución comunista se movían
ajenas a la conciencia de los hombres, y, sin que estos, como voluntad
consciente organizada, pudiesen determinar sobre ellas. En una ocasión el Che
escribía que la planificación debe calificarse como la primera posibilidad
humana de regir las fuerzas económicas.
La posición del Che referida a la ley del valor y a
la utilización de ésta y demás categorías capitalistas en la gestión económica
del período de transición y en la creación de la teoría de la construcción de
la sociedad comunista, se basa en los aspectos siguientes:
1. Negación
de la vigencia rectora de la ley del valor en el período de transición al
comunismo.
2. Distinción
entre admitir la existencia en el período de transición de una serie de
fuerzas, de relaciones capitalistas de que obligadamente han subsistido, de las
que la ley del valor, dado su carácter de ley económica, esto es, de expresión
de tendencias, pudiera dar explicación; y afirmar la posibilidad de utilizar de
forma consciente en la gestión económica la ley del valor y demás categorías
que conlleva su uso.
3. Rechazo
a que la caracterización del período de transición al comunismo, ni aun en sus
primeros momentos, tenga que venir dada por la ley del valor y demás categorías
mercantiles que su uso implica.
4. Rechazo
a que la concepción que no sólo preconiza la utilización de la ley del valor y
de las relaciones monetario - mercantiles en el período de transición, sino que
además afirma la necesidad de desarrollar dichas relaciones capitalistas como
vehículo para alcanzar la sociedad comunista.
5. Negación
de la inevitabilidad del uso de la “...categoría mercancía en las relaciones
entre empresas estatales (...)” y consideración de “...todos los
establecimientos como parte de la única gran empresa que es el Estado”.
La ley del valor es, simplemente la teoría que
explica el modo en que dicho equilibrio se establece, espontáneamente, en la
sociedad burguesa. El plan, por su parte, es el modo en que se obtiene este
equilibrio de modo consciente y racional, en las sociedades socialistas y
comunistas.
La función del plan es otra: la de ser instrumento
de la construcción racional y consciente de la sociedad nueva. Su ventaja
principal radica precisamente en que no tiene que someterse, como el empresario
capitalista, al nivel de rentabilidad de una unidad de producción o de todo un
sector productivo, sino que puede financiar centralmente, y con arreglos a
proporciones globales, toda su gestión. La clave de su éxito es, por otro lado,
el rigor, detalle, exactitud y minuciosidad que se alcance en la obtención de
los datos y el análisis de estos.
Por otra parte el comandante guerrillero escribe
sobre los costos de producción:
La base por la cual se rige el mercado capitalista
es la ley del valor y esta se expresa directamente en el mercado. No se puede
pensar en el análisis de la ley del valor extraída de su medio natural que es
aquel; de otra forma, puede decirse que la expresión propia de la ley del valor
es el mercado capitalista.
Durante el
proceso de construcción de la sociedad socialista, muchas de las relaciones de
producción van cambiando a medida que cambia el dueño de los medios de
producción y el mercado deja de tener las características de libre concurrencia
(aún considerando la acción de los monopolios) y adquiere otras nuevas, ya
limitado por la inclemencia del sector socialista que actúa en forma consciente
sobre el fondo mercantil.
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