Por F. Engels
Escrito: A mediados de junio de 1877.
Primera edición: En Brunswick, Alemania, en el almanaque Volks-Kalender, 1878.
Edición electrónica: Marxists Internet Archive, marzo de 2000.
Primera edición: En Brunswick, Alemania, en el almanaque Volks-Kalender, 1878.
Edición electrónica: Marxists Internet Archive, marzo de 2000.
Carlos
Marx, el hombre que dio por vez primera una base científica al socialismo, y
por tanto a todo el movimiento obrero de nuestros días, nació en Tréveris, en
1818. Comenzó a estudiar jurisprudencia en Bonn y en Berlín, pero pronto se
entregó exclusivamente al estudio de la historia y de la filosofía, y se
disponía, en 1842, a habilitarse como profesor de filosofía, cuando el
movimiento político producido después de la muerte de Federico Guillermo III
orientó su vida por otro camino. Los caudillos de la burguesía liberal renana,
los Camphausen, Hansemann, etc., habían fundado en Colonia, con su cooperación,
la "Reinische Zeitung" 1; y en el
otoño de 1842, Marx, cuya crítica de los debates de la Dieta provincial renana
había producido enorme sensación, fue colocado a la cabeza del periódico. La
"Rheinische Zeitung" publicábase, naturalmente, bajo la censura, pero
ésta no podía con ella 2. El
periódico sacaba adelante casi siempre los artículos que le interesaba
publicar: se empezaba echándole al censor cebo sin importancia para que lo
tachase, hasta que, o cedía por sí mismo, o se veía obligado a ceder bajo la
amenaza de que al día siguiente no saldría el periódico. Con diez periódicos
que hubieran tenido la misma valentía que la "Rheinische Zeitung" y
cuyos editores se hubiesen gastado unos cientos de táleros más en composición
se habría hecho imposible la censura en Alemania ya en 1843. Pero los
propietarios de los periódicos alemanes eran filisteos mezquinos y miedosos, y
la "Rheinische Zeitung" batallaba sola. Gastaba a un censor tras
otro, hasta que, por último, se la sometió a doble censura, debiendo pasar,
después de la primera, por otra nueva y definitiva revisión del Regierungspräsident.
Más tampoco esto bastaba. A comienzos de 1843, el gobierno declaró que no se
podía con este periódico, y lo prohibió sin más explicaciones.
Marx,
que entretanto se había casado con la hermana de von Westphalen, el que más
tarde había de ser ministro de la reacción, se trasladó a París, donde editó
con A. Ruge los "Deutsch-Französische Jahrbücher" 3, en los
que inauguró la serie de sus escritos socialistas, con una "Crítica de la
filosofía hegeliana del Derecho". Después, en colaboración con F. Engels,
publicó "La Sagrada Familia. Contra Bruno Bauer y consortes", crítica
satírica de una de las últimas formas en las que se había extraviado el
idealismo filosófico alemán de la época.
El
estudio de la Economía política y de la historia de la gran Revolución francesa
todavía le dejaba a Marx tiempo para atacar de vez en cuando al Gobierno
prusiano; éste se vengó, consiguiendo del ministerio Guizot, en la primavera de
1845 -y parece que el mediador fue el señor Alejandro de Humboldt-, que se le expulsase
de Francia 4. Marx
trasladó su residencia a Bruselas, donde, en 1847, publicó en lengua francesa
la "Miseria de la Filosofía", crítica de la "Filosofía de la
Miseria", de Proudhon, y, en 1848, su "Discurso sobre el libre
cambio". Al mismo tiempo encontró ocasión de fundar en Bruselas una
Asociación de obreros alemanes 5, con lo
que entró en el terreno de la agitación práctica. Esta adquirió todavía mayor
importancia para él al ingresar en 1847, en unión de sus amigos políticos, en
la Liga de los Comunistas, liga secreta, que llevaba ya largos años de
existencia. Toda la estructura de esta organización se transformó radicalmente;
la que hasta entonces había sido una sociedad más o menos conspirativa, se
convirtió en una simple organización de propaganda comunista -secreta tan sólo
porque las circunstancias lo exigían-, y fue la primera organización del
Partido Socialdemócrata Alemán. La Liga existía dondequiera que hubiese
asociaciones de obreros alemanes; en casi todas estas asociaciones, en
Inglaterra, en Bélgica, en Francia y en Suiza, y en muchas asociaciones de
Alemania, los miembros dirigentes eran afiliados a la Liga, y la participación
de ésta en el naciente movimiento obrero alemán era muy considerable. Además,
nuestra Liga fue la primera que destacó, y lo demostró en la práctica, el
carácter internacional de todo el movimiento obrero; contaba entre sus miembros
a ingleses, belgas, húngaros, polacos, etc., y organizaba, principalmente en
Londres, asambleas obreras internacionales...
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