dejamos algunos fragmentos de la Carta de Jamaica y algunos textos para descargar.
(...) Cuando las águilas
francesas sólo respetaron los muros de la ciudad de Cádiz, y con su vuelo
arrollaron los frágiles gobiernos de la Península, entonces quedamos en la
orfandad. Ya antes habíamos sido entregados a la merced de un usurpador
extranjero; después, lisonjeados con la justicia que se nos debía y con
esperanzas halagüeñas siempre burladas; por último, inciertos sobre nuestro
destino futuro, y amenazados por la anarquía, a causa de la falta de un
gobierno legítimo, justo y liberal, nos precipitamos en el caos de la
revolución. En el primer momento sólo se cuidó de proveer a la seguridad
interior, contra los enemigos que encerraba nuestro seno. Luego se extendió a
la seguridad exterior; se establecieron autoridades que sustituimos a las que
acabábamos de deponer, encargadas de dirigir el curso de nuestra revolución y
de aprovechar la coyuntura feliz en que nos fuese posible fundar un gobierno
constitucional, digno del presente siglo y adecuado a nuestra situación.
Todos los nuevos gobiernos
marcaron sus primeros pasos con el establecimiento de juntas populares. Estas
formaron en seguida reglamentos para la convocación de congresos que produjeron
alteraciones importantes. Venezuela erigió un gobierno democrático y federal,
declarando previamente los derechos del hombre, manteniendo el equilibrio de
los poderes y estatuyendo leyes generales en favor de la libertad civil, de imprenta
y otras; finalmente se constituyó un gobierno independiente. La Nueva Granada
siguió con uniformidad los establecimientos políticos y cuantas reformas hizo
Venezuela, poniendo por base fundamental de su constitución el sistema federal
más exagerado que jamás existió; recientemente se ha mejorado con respecto al
poder ejecutivo general, que ha obtenido cuantas atribuciones le corresponden.
Según entiendo, Buenos Aires y Chile han seguido esta misma línea de
operaciones; pero como nos hallamos a tanta distancia, los documentos son tan
raros y las noticias tan inexactas, no me animaré ni aun a bosquejar el cuadro
de sus transacciones (...)
(...) las provincias americanas
se hallan lidiando por emanciparse; al fin obtendrán el suceso; algunas se
constituirán de un modo regular en repúblicas federales y centrales; se
fundarán monarquías casi inevitablemente en las grandes secciones, y algunas
serán tan infelices que devorarán sus elementos ya en la actual ya en las
futuras revoluciones, que una gran monarquía no será fácil consolidar, una gran
república, imposible.
Es una idea grandiosa pretender
formar de todo el Mundo Nuevo una sola nación con un solo vínculo que ligue sus
partes entre sí y con el todo. Ya que tiene un origen, una lengua, unas
costumbres y una religión, debería, por consiguiente, tener un solo gobierno
que confederase los diferentes estados que hayan de formarse; mas no es
posible, porque climas remotos, situaciones diversas, intereses opuestos,
caracteres desemejantes, dividen a la América. ¡Qué bello sería que el Istmo de
Panamá fuese para nosotros lo que el de Corinto para los griegos! Ojalá que
algún ida tengamos la fortuna de instalar allí un augusto congreso de los
representantes de las repúblicas, reinos e imperios a tratar y discutir sobre
los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones de las otras
partes del mundo (...)
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