Por:
Ernesto Che Guevara
Crear dos, tres… muchos
Vietnam, es la consigna
Che
Es la hora de los hornos
y no se ha de ver más que la luz.
José Martí
Ya se han cumplido veintiún
años desde el fin de la última conflagración mundial y diversas publicaciones,
en infinidad de lenguas, celebran el acontecimiento simbolizado en la derrota
del Japón. Hay un clima de aparente optimismo en muchos sectores de los dispares
campos en que el mundo se divide.
Veintiún años sin guerra
mundial, en estos tiempos de confrontaciones máximas, de choques violentos y
cambios repentinos, parecen una cifra muy alta. Pero, sin analizar los
resultados prácticos de esa paz por la que todos nos manifestamos dispuestos a
luchar (la miseria, la degradación, la explotación cada vez mayor de enormes
sectores del mundo) cabe preguntarse si ella es real.
No es la intención de estas
notas historiar los diversos conflictos de carácter local que se han sucedido
desde la rendición del Japón, no es tampoco nuestra tarea hacer un recuento,
numeroso y creciente, de luchas civiles ocurridas durante estos años de
pretendida paz.
Bástenos poner como ejemplos
contra el desmedido optimismo las guerras de Corea y Vietnam.
En la primera, tras años de
lucha feroz, la parte norte del país quedó sumida en la más terrible
devastación que figure en los anales de la guerra moderna; acribillada de
bombas; sin fábricas, escuelas u hospitales; sin ningún tipo de habitación para
albergar a diez millones de habitantes. En esta guerra intervinieron, bajo la
fementida bandera de las Naciones Unidas, decenas de países conducidos
militarmente por los Estados Unidos, con la participación masiva de soldados de
esa nacionalidad u el uso, como carne de cañón, de la población sudcoreana
enrolada.
En el otro bando, el ejército y
el pueblo de Corea y los voluntarios de la República Popular China contaron con
el abastecimiento y asesoría del aparato militar soviético. Por parte de los
norteamericanos se hicieron toda clase de pruebas de armas de destrucción,
excluyendo las termonucleares pero incluyendo las bacteriológicas y químicas,
en escala limitada. En Vietnam, se han sucedido acciones bélicas, sostenidas
por las fuerzas patrióticas de ese país casi ininterrumpidamente contra tres
potencias imperialistas: Japón, cuyo poderío sufriera una caída vertical a
partir de las bombas de Hiroshima y Nagasaki; Francia, que recupera de aquel
país vencido sus colonias indochinas e ignoraba las promesas hechas en momentos
difíciles; y los Estados Unidos, en esta última fase de la contienda.
Hubieron confrontaciones
limitadas en todos los continentes, aun cuando en el americano, durante mucho
tiempo, sólo se produjeron conatos de lucha de liberación y cuartelazos, hasta
que la Revolución cubana diera su clarinada de alerta sobre la importancia de
esta región y atrajera las iras imperialistas, obligándola a la defensa de sus
costas en Playa Girón, primero, y durante la Crisis de Octubre, después...
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